miércoles, 26 de diciembre de 2012

1.Libro: Temblor

Volví a posar mis labios en los suyos, pero esta vez fue muy distinto. Fue 
un beso que valía por seis años, un larguísimo instante en el que sus labios 
cobraron vida bajo los míos y saboreé en ellos la naranja y el deseo. Sus 
dedos se enredaron en mi pelo y luego se anudaron en mi nuca, vivos y 
frescos sobre mi piel tibia. Me sentí salvaje y manso, hecho jirones y 
completo al mismo tiempo. Por primera vez en mi existencia como ser 
humano, mi mente no se separó de mis sentidos, no se puso a componer 
la letra de una canción o a memorizar la situación para reflexionar más tarde 
sobre ella. Por una vez en mi vida,
estaba allí,
solo allí.

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