-Isabella. No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara
daño alguno. La idea de verte inmóvil, pálida, helada... No volver
a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en
los ojos cuando sospechas mis intenciones... Sería insoportable.
Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he
tenido nunca.