Elegir un camino nunca es fácil. Es una decisión que tomamos
guiándonos solo por el corazón. A veces luchamos contra los
remordimientos de los errores cometidos y contra el rencor,
la envidia y la vergüenza que sentimos por no ser quienes
esperábamos. Entonces encontramos nuestro camino hacía
algo mejor, o algo mejor nos encuentra a nosotros.