En una puja incluso cuando ganas, lo que creías que querías
puede revalorizarse de repente. Otras veces, viejas rivalidades
resurgen con más saña todavía. Pero, son las cosas que dejamos
atrás las que nos parecen más caras. Y, sin embargo, cuando
nos ganan la puja y nos vemos obligados a observar como
nuestro premio se va con otros, las reglas del protocolo dejan
de ser aplicables.

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